NUEVA LEY DE COSTAS, CON CLAUSULA ANTI-ALGARROBICO
Algarrobico, nunca
máis. El proyecto de ley de protección y uso sostenible del litoral. La
reforma de la ley de costas.
Les interrelaciones entre urbanismo y turismo han hecho
correr ya muchos rios de tinta. Ues bien, un poco más: hace unos días el
Gobierno del Estado aprobaba el ante-proyecto de ley que da título a este
comentario y que, después de recorrer los pertinentes trámites institucionales,
entiéndase parlamentarios, se convertirá, con total seguridad sin demasiados
problemas dado el actual arco de representación parlamentaria, en la nueva ley
de costas.
El estado de nuestro litoral es de sobras conocido, y sólo
hace falta echar un vistazo al informe anual de Green Peace, de revelador
título Destrucción a toda costa, para
constatar que nuestras peores pesadillas al respeto no pertenecen en absoluto
al género de la ciencia ficción.
La ley del 88 pretendía el doble y ambicioso objetivo de
reparar los daños causados y poner freno a la proliferación de malas prácticas
en las nuevas actuaciones urbanísticas. Siendo lo primero difícil en el mejor
de los casos, no hubiese sido descabellado abocar los esfuerzos en el segundo
de los retos, el auténtico caballo de batalla en mi modesta opinión. En efecto,
aparece como un factor clave impedir que nuestro urbanismo litoral continúe por
la vía del descontrol. Que la norma fue ineficiente se puede ilustrar con
ejemplos diversos. El botón de muestra quizás más mediático, quizás el hotel
del Algarrobico, construido a escasos metros del agua. ¿Porqué? Seguramente
causas diversas, pero una de indiscutible: error en cadena de los mecanismos de
control administrativo, en manos de administraciones diversas. Imprescindible
para los amantes del tema en cuestión el reportaje de investigación que el
programa 30 minuts le dedicaba a
mediados de la primera década del siglo (http://www.tv3.cat/videos/205720636).
Pues bien, final de la historia, el Tribunal Supremo ordena su derribo a
principios de este año. ¿Final? Ni mucho menos, el hotel todavía está en pie,
sólo que ilegal e ilegalizable.
Y el Gobierno, tal y como se venía reclamando desde hace
tiempo, también desde las instituciones comunitarias, se pone a trabajar en la
reforma de la ley, para que deje de ser fuente de conflictividad y de
decisiones arbitrarias. Entre los principales objetivos de la reforma,
articular la protección del litoral incrementando la seguridad jurídica, en
especial de las ocupaciones y de las actividades económicas. Sin embargo, a mi
no deja de preocuparme un interrogante al que, quizás por desconocimiento, no encuentro
respuesta, o no la quiero encontrar. ¿Es compatible la protección del litoral
con el hecho de dotar de seguridad jurídica a las actividades económicas? ¿No
será que para conseguir la primera hay que limitar necesariamente la segunda? Y
no podemos obviar que estas actividades son mayoritariamente actividades
turísticas, cuando no directamente empresas turísticas.
Tampoco me tranquiliza en exceso entrar en conocimiento que
desde el Gobierno se quiere mejorar la confianza de los inversores extranjeros
y dar salida al stock de viviendas. Debo ser muy mal pensado. Ni tan siquiera
eso, así lo reconoce textualmente la presentación del proyecto de reforma que
el Ministerio tiene en su web , concretamente en la diapositiva 13 (http://www.magrama.gob.es/es/costas/temas/anteproyecto.aspx).
Pero no todo va a ser criticable: bienvenida sea la clausula
anti-Algarrobico, que debería
permitir el control de las excesivas competencias que en la materia tienen las
corporaciones locales.
En definitiva, una de cal y una de arena ... Y el tema
promete emociones.
OSCAR CASANOVAS
IBAÑEZ
Profesor de
Derecho Turístico y Política Turística
EUHT CETT – UB
oscar.casanovas@cett.es