dimarts, 12 de setembre del 2006

UN NUEVO CURSO.

El inicio de un nuevo curso, sea la que sea la profesión, estudios, actividades, etc, del lector, siempre plantea dudas, incógnitas y, porque no, algún otro miedo a lo desconocido. El turismo es, todavía hoy (en pleno siglo XXI) un sector, si podemos catalogarlo de esta manera, desconocido para la mayoría de ciudadanas y ciudadanos.

Turismo, turistas, viajes, viajar,…todos tenemos muy claro su significado. ¿Quién no ha hecho turismo alguna vez?, ¿Quién no ha viajado, por motivos diversos?, ¿?.

Probablemente, estas preguntas son, hoy por hoy, ociosas y algo redundantes. No obstante, detrás de estas preguntas se “esconden” millones de hombres y mujeres que han hecho del turismo y sus actividades su vida, ya sea desde ámbitos profesionales, laborales o empresariales.

Por ello, resulta paradójico que, todavía hoy, ante la pregunta: “y tu ¿qué haces? … TURISMO” la respuesta pueda llevar a una cierta hilaridad. Si, TURISMO: “estudio turismo”, “trabajo en turismo”, “tengo una empresa turística”, “soy guía turístico”, “soy agente de viajes”, …, “soy chef”, “soy maitre” o porqué no, también, “soy camarero”, … y tantas otras respuestas, que con orgullo hombres y mujeres del turismo responden habitualmente, o al menos debería ser así para el bien del turismo. El efecto producido a nuestro interlocutor cuando uno o una responde: “soy arquitecto”, “soy médico”, “soy ingeniero” o … “soy abogado”, acostumbra a ser otro, … curioso, siempre me he preguntado porque sucede esta situación o esta falta de percepción de la importancia del turismo para nuestros países.

Las cifras nos dicen todo lo contrario, el lector las conoce, la Organización Mundial del Turismo y cualquier organización con responsabilidades turísticas se encarga de difundir, será que falta “difusión”, o que el clima, el sol, las playas, el patrimonio, la cultura, … de nuestros países “esconden” la importancia del turismo, … probablemente sea así, … parece como si las personas no existiesen en el turismo y que este sector tan importante para nuestros países funcionase por si solo.

El turismo no es, ni debe ser la “tabla de salvación” ni de territorios en franca decadencia agrícola o industrial, ni fuente inagotable de creación de puestos de trabajo, … pero en ocasiones lo acaba siendo, sin apenas considerar ni costes, ni impactos, ni personas, etc. Los estudiosos del turismo (que curioso … ¿el turismo tiene estudiosos?) lo llevan años manifestando en artículos, ponencias, congresos, … ¿ pero ? y la sociedad (civil o incivil) reconoce la importancia de este fenómeno. La reconversión de las viejas industrias, comportó la pérdida de miles de puestos de trabajo, cierre de empresas, etc, no es necesario poner ejemplos, son sobradamente conocidos. La mayoría de estas industrias han sido sustituidas por grandes y pequeños hoteles, restaurantes, tiendas de recuerdos, artesanías diversas, etc. En definitiva han sido sustituidas por: TURISMO. Un turismo que no siempre ha tenido en cuenta la sociedad residente y unos criterios mínimos de sostenibilidad, todo ello sea dicho con ánimo constructivo.

La “experiencia” vivida en El Prat de Llobregat este verano, en su Aeropuerto, el 28 de julio, llenó horas y horas de televisión, radio, páginas de periódicos, etc (el tema sigue sin estar resuelto … a pesar de las “chapuzas” del Consejo de Ministros). Fueron miles las ciudadanas y ciudadanos que partían hacia el inicio de sus vacaciones, eran “turistas”.

El CAOS, llevo, como, casi siempre, el TURISMO a las páginas más estridentes de nuestros medios de comunicación. A penas ninguna reseña, ninguna referencia al trabajo profesional de centenares de hombres y mujeres que desde los ámbitos de la gestión turística (agentes y agencias de viajes) llevaron a cabo una labor encomiable en el mismo Aeropuerto, atendiendo a todas y todos aquellos ciudadanos que confiaron sus vacaciones a un profesional del turismo. Fueron días de jornadas alargadas, de centenares de llamadas telefónicas, de asesoramiento, … en definitiva de TURISMO.

Un nuevo curso, que vamos a superar, sin ninguna duda y que debe servir para continuar construyen un TURISMO mejor, siguiendo el camino iniciado hace ya muchos años por el político francés Leó Lagrange, que en los convulsos años treinta europeos inició un camino que muchos han seguido … aunque fuese por caminos “torcidos”.

Los “caminos” del turismo son múltiples y diversos, todo es posible, todo está por “construir”, todos estamos llamados a continuar caminando por la senda de un turismo justo, sostenible y de paz … el curso empieza!!!

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