TURISMO MASIVO

"HAY QUE CONCIENCIAR AL CIUDADANO DE LOS BENEFICIOS DEL TURISMO"

Ramon Arcarons i Simon. Profesor de Derecho del Turismo y Política Turística. EUHT-CETT ( en el Periódico, Elecciones 2007. 19 de mayo 2007).

Foto:SERGIO LAINZ
IMMA Fernández

El turismo no son solo cifras. Son personas y hay que cuidarlas, sostiene el profesor. Porque, aunque muchos vean a los turistas como un estorbo, parte de nuestra prosperidad está en sus bolsillos.

-¿Barcelona morirá de éxito?

-No. Aún puede crecer mucho más y muy diversamente, aunque llega un momento en que el crecimiento turístico ha de ser planificado, más o menos ordenado. Hay zonas colapsadas, como la Sagrada Família, el monumento más visitado de España. Es un barrio pequeño, los vecinos se quejan del ruido... Se dice que es el lugar más caluroso de la ciudad por el aire acondicionado de los autocares.

-También hay quejas por el incivismo, las juergas... El turismo transgresor, como le llama Trias.

-Es cierto que algunos extranjeros hacen aquí cosas que no hacen en sus países. Pero es muy difícil seleccionar y decir que unos son buenos y los otros, no tanto. A unos les puede interesar la cultura y a otros, ir de picnic, y todos tienen derecho. Hay algunos que vienen seducidos por el sentido de libertad y la cultura y el clima mediterráneos, vinculados a la calle, la fiesta... Si en un municipio de la Costa Brava deciden cerrar pronto los restaurantes y la localidad vecina es más permisiva, la gente se irá allí. O seguirá la juerga en la playa. Y eso implicará más limpieza.

-Muchos ciudadanos ya no quieren ir al centro, a guirilandia. Y otros se sienten expulsados.

-Se han de crear nuevos focos de atracción. Algunos espacios se han convertido en reductos turísticos, en parques temáticos abiertos. Por otra parte, la recuperación de las zonas más degradadas ha sido impresionante; donde había burdeles y miseria ahora hay restaurantes, plazas... Hasta nos hemos atrevido a cambiarle el nombre: de Barrio Chino a Raval. Pero los que vivían allí se fueron. ¿Qué es mejor?

-¿Usted qué cree?

- Tenemos una ciudad más ordenada y exitosa pero a menudo no hay mucha vida ciudadana; a diferencia, salvando las distancias y el régimen, de cómo se ha recuperado La Habana, donde hay turismo pero se ha mantenido a la población. Pero probablemente Barcelona, sin lo que supuso la designación olímpica, habría caído en una notable decadencia.

-Pero no se puede vivir solo del turismo.

-No, porque puede generar efectos negativos en otros sectores. Ahora hay sectores clave como las nuevas tecnologías y el 22@. No se puede depender tan excesivamente del turismo, que es la imagen que pueden tener los ciudadanos.

-Y una imagen negativa.

-Debemos estar orgullosos del éxito turístico. El problema es que no se ha concienciado a la gente sobre sus beneficios. Si no se explica cómo repercute en la mejora de los servicios del contribuyente, este verá al turista no como un benefactor, sino como un enemigo. Lo que sorprende y es preocupante es que esta área, tan importante para la ciudad, para Catalunya y para España, no tenga una administración pública propia.

-¿Pero quién y cómo se pagan los costes de la masificación?

-Desde luego, el ciudadano no debe pagarlo. Ya lo sufre demasiado. La fuerte concentración de visitantes aumenta la necesidad de más seguridad, más limpieza, más médicos... Pero esos servicios no au-mentan, sino que hay una redistribución. Así, los Mossos se desplegarán más en zonas costeras o con muchos visitantes y otras se quedarán con menos agentes

-¿Las ecotasas son una solución?

- Primero hay que resolver la financiación autonómica y municipal. Hay lugares de la UE, como en Francia, que tienen tasas turísticas y no pasa nada. Pero debe haber consenso político y no convertirlo en la clave electoral, como pasó en Baleares. Hay otras soluciones, como un posible gravamen en el IVA en los municipios con mucho turismo estacional. Varias comunidades lo defienden.

-Algunas poblaciones se han convertido en el balneario de los europeos ricos.

-El problema de ese turismo residencial es que ellos siguen pagando los impuestos en sus países, tienen poca carga fiscal y generan pocos beneficios para la comunidad. Sucede en Mallorca, Andalucía, Canarias, Alicante... Se forman guetos y eso es muy peligroso. Ese turismo solo interesa si se integra en el tejido social, que es lo que por fortuna sucede en Catalunya, a excepción de Empuriabrava. De lo contrario, perderíamos el modelo identitario que nos diferencia de otras zonas.

-Llegan las vacaciones. ¿Se puede repetir la huelga de El Prat?

-Sí, claro. Fue un ejemplo de por qué la gestión aeroportuaria no debe estar a 600 kilómetros de distancia. La imagen de Catalunya quedó por los suelos, y el perjuicio a los usuarios es impagable. El caso aún está en los juzgados. La pérdida de días de vacaciones, la angustia... Todo eso no se puede pagar. Encima Fomento lanzó un decreto de indemnizaciones inferior al de la UE, que implicaba renunciar a las actuaciones contra AENA. Tanto Fomento como AENA son empresas públicas. O sea, que todos hemos pagado.