ODISEA DE 48 HORAS PARA INTENTAR DESPEGAR HACIA EGIPTO.
El viernes pasado tenían que empezar una semana de vacaciones en Asuán, pero ante la desesperación de todos ayer por la tarde seguían en el aeropuerto de El Prat. Y no saldrán hasta hoy. La compañía Air Memphis suspendió la salida del vuelo NHS 801 que tenía que transportar a 160 pasajeros hacia Egipto después de haberles hecho facturar las maletas en dos ocasiones, el viernes y el sábado, e incluso de hacerles bajar del avión cuando se creía que todo por fin se iba a solucionar. A última hora de la tarde de ayer las agencias de viajes aseguraron a los afectados que podrían salir este mediodía, 48 horas después de lo previsto. Muchos no se lo creyeron y, hartos de falsas promesas, abandonaron la idea de viajar.
La aeronave debía despegar el viernes a las 14.40 horas. La odisea de muchos de los pasajeros empezó a primera hora, ya que algunos llegaron a El Prat de lugares como Alicante y Tarragona con tiempo suficiente para facturar y coger el avión con tranquilidad. Pero nada más lejos. Al llegar a las instalaciones pudieron comprobar que el avión iba a salir con dos horas de retraso. Siguieron las indicaciones del personal e igualmente facturaron. "Nos dijeron que esperáramos en la puerta de embarque porque a lo mejor se adelantaba el vuelo", explicó Laura Forner, de Alicante. No se adelantó y a la hora de embarcar se les comunicó que el avión aún no iba a salir. Los pasajeros aguardaron para más información. No la tuvieron hasta una hora y media después. Cuando apareció otra persona fue para comunicarles que no sabían cuándo iban a solucionar el problema, que al parecer era una avería.
Siguieron a la espera de la siguiente comunicación. Tres horas después, salieron a buscar las maletas. Eran las 21.00. "Nos explicaron que nos llevarían a cenar, pero que no sabían nada más", continuó relantando Forner. Les llevaron en tres autocares a Mercabarna. Cenaron en un restaurante y acabaron a las 23.30. "A la 1.30 seguíamos en Mercabarna, en una acera con las maletas a su alrededor", añadió el compañero de Forner.
Los conductores de los autocares les indicaron que subieran y los llevaron a varios hoteles. Allí los dejaron. Los recepcionistas del hotel les informaron de que la compañía había dado órdenes de que no salieran y que a las 11.30 del día siguiente estuvieran de nuevo en el vestíbulo. A esa hora se les llevó de nuevo al aeropuerto. Pero a las dos de la tarde no había nadie de la compañía en el puesto de facturación. Los pasajeros empezaron a silbar y dar palmas. El ruido y los silbidos funcionaron. Apareció el personal de tierra y pudieron entregar de nuevo las maletas. Traspasado el control de seguridad y ya en la puerta de embarque, recibieron otra vez malas noticias. El vuelo se había cancelado. "Nos facturaron las maletas sólo para que no montáramos el espectáculo en la Terminal", se quejó Tomás Tejeiro. Intentaron recuperar las maletas, pero de nuevo les tocó soportar una larga espera.
La paciencia había llegado a un límite. Los 160 pasajeros reanudaron la protesta, con gritos, acompañados por palmas y alguna que otra lágrima de impotencia. Una hora y media después apareció el equipaje. "No hemos dormido en toda la noche para intentar solucionar todo esto", explicó Manuel Sández, de la agencia de viajes Image Tours. Los mayoristas reservaron plazas para otro vuelo de Egypt Air para hoy, a la espera de que Air Memphis les confirmara lo que ya suponían la noche del viernes: que el vuelo no saldría. Y así fue. Pero muchos de los pasajeros ya no quisieron escuchar ninguna otra propuesta. Una pareja de recién casados renunció a su luna de miel en Asuán, Se fueron a casa. Teresa Gilbert no tuvo más remedio que esperar más horas en El Prat. Procedente de Buenos Aires, sus planes son realizar un largo viaje por Egipto y Europa. "Nos dicen que nos vamos mañana a las 15.00 horas", dijo con esperanza. El responsable de Image Tours sí que hizo acto de presencia. "40 de mis 49 clientes sí que van a viajar mañana; el resto lo han desestimado", explicó. Sobre quién es el responsable de tal desaguisado, respondió: "Hemos perdido los viajes en barco que nos esperaban en Asuán, los hoteles y autocares contratados. Pero lo importante ahora es solucionar el viaje. Luego ya reclamaremos a la compañía aérea" (en El Pais, pág. 36, 08-07-2007).
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