dissabte, 8 de maig del 2010

NI LOS EXPERTOS LO TIENEN CLARO

UNA URNA A MEDIDA
El FAD pregunta a urbanistas, ingenieros, vecinos técnicos y políticos sobre la reforma de la avenida
Ni los expertos lo tienen claro
SILVIA ANGULO - Barcelona
http://www.lavanguardia.es/

Que la reforma de la Diagonal es necesaria es una opinión compartida por muchos barceloneses. El cómo, cuando y mediante qué mecanismos se debe abordar esta transformación es harina de otro costal. No hay consenso sobre la idoneidad del tranvía, tampoco con la consulta popular y la reducción de carriles de tráfico genera serias dudas entre las 18 personas destacadas que ha consultado Foment de les Arts Decoratives (FAD). Son arquitectos, urbanistas, ingenieros, técnicos en movilidad, miembros de asociaciones de vecinos, comerciantes y también políticos del equipo de gobierno que han contestado a nueve preguntas sobre la futura remodelación en el libro Diagonals.

El presidente del FAD, Miquel Espinet, reconoce que el tranvía le crea dudas. "Conozco ciudades europeas que lo tienen y no me gustan nada", asegura al tiempo que se pregunta "cuántos autobuses eléctricos podrían comprarse con el coste de instalar este sistema de transporte". En esta misma línea se pronuncia el ingeniero de caminos y urbanista, Albert Serratosa, quien dice de forma rotunda estar en contra de que este medio de transporte circule por la Diagonal. "Ni por la Quinta avenida de Nueva York, ni por los Champs Eliseés pasa el tranvía", dice. Considera que este sistema es ideal para ciudades pequeñas.

Por su parte, el presidente de Ferrocarrils de la Generalitat, Joan Torres, se muestra cauto ante la opción de introducir el tranvía y reclama estudios que "determinen si puede satisfacer la demanda, y garantizar velocidad y capacidad. Yo en esto sería prudente hasta que no se confirme que puede haber un túnel de Renfe que pase bajo la Diagonal". Una opinión, que no comparten ni el concejal de Movilidad, Francesc Narváez, ni el ingeniero de Caminos y presidente de Catalunya Camina, Ole Thorson, quien cree que Barcelona, con la demanda que tiene, la opción del tranvía se justifica claramente desde el punto de vista técnico y de movilidad.

La consulta popular es otro de los puntos calientes del libro. Defendida abiertamente por el segundo teniente de alcalde, Ricard Gomà, otras voces ven en ella puntos negros. El arquitecto y urbanista, Oriol Bohigas, critica que los ciudadanos no tengan suficiente información. Confiesa que no sabe "si quiere o no quiere el tranvía" y apuesta por una consulta cuando los técnicos han estudiado todas las opciones y consecuencias. Ismael Blanco, investigador del Institut del Govern i Polítiques Públiques de la UAB, se pregunta "si a partir de ahora, las grandes decisiones urbanísticas se tomarán sobre procesos participativos" o la consulta de la Diagonal será recordada como un anécdota. Mientras que el subdirector general de Participació de l´Àmbit Local de la Generalitat, Fernando Pindado, cree bueno que "el pueblo de Barcelona escuche que piensan los usuarios que no son de la ciudad".

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